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La electrólisis salina: principio de funcionamiento
La electrólisis salina es un principio simple que se parece al comportamiento del mar y su ecosistema:
El agua de la piscina está ligeramente salada a 4 g/l (9 veces menos que el agua del mar).
Por electrólisis, a través de la célula, la sal se transforma en cloro gaseoso, un potente desinfectante que se disuelve instantáneamente en el agua.
El cloro gaseoso destruye todos los microorganismos en la célula y aporta al vaso de la piscina un nivel correcto de cloro libre.
El cloro activo que se elimina bajo el efecto de los UV solares, se renueva constantemente por la célula sin que sea necesaria ninguna intervención.
Todo son ventajas con la cloración salina, pero destaca especialmente por evitar la manipulación y almacenamiento de productos químicos peligrosos, así como los malos olores, la piel reseca e irritación en los ojos. No existe acumulación residual y no hay necesidad de vaciar la piscina, ahorrando en la compra de productos químicos y en mantenimiento.
Para su comodidad
Para el buen funcionamiento de la electrólisis, el pH de la piscina debe mantenerse en 7,2 y 7,4.
Para mantener una buena calidad del agua es esencial tener un agua equilibrada (pH, dureza, TAC) y un filtrado eficaz adaptado a su piscina y a sus condiciones de uso.